Un estudio elaborado por investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania plantea un nuevo modelo sobre cómo se desarrolló la vida inteligente en la Tierra, sugiriendo que podría haber una mayor probabilidad de que no estemos solos en el cosmos.
El trabajo cuestiona la teoría de los “pasos difíciles”, que sostiene que el desarrollo de células complejas y la inteligencia humana son eventos extremadamente improbables, lo que limitaría la existencia de civilizaciones avanzadas en el universo. La doctrina también establece que la probabilidad de que surja vida inteligente depende de la relación útil del Sol y la edad de la Tierra.
En contraste, los investigadores proponen que en vez de basar nuestras predicciones en la vida útil del Sol, consideremos utilizar una escala de tiempo geológica. Según este enfoque, si la vida evoluciona con el planeta, lo hace siguiendo el ritmo de los cambios ambientales y geológicos.
En otras palabras, el modelo sugiere que la evolución de la vida no depende tanto de la suerte, sino de la interacción entre los organismos y su entorno. Así, cuando las condiciones planetarias son favorables, la vida compleja podría surgir de manera natural, como en la Tierra. Por lo que, el fenómeno podría ser más común en el universo de lo que se pensaba anteriormente.